ONCOLOGÍA AL DÍA

El cigarrillo electrónico – la polémica está servida

28/05/2015


Barcelona, 31 de Mayo del 2015 – El consumo medio de cigarrillos por fumador a nivel europeo es de 14,2 al día*. En España la cifra es ligeramente menor: 13,4 cigarrillos/ fumador al día. Más de la mitad de los fumadores españoles (57%) ha intentado dejar de fumar, el 24% en el último año, siendo entre estos últimos los principales motivos la preocupación por su salud (68%), la familia, pareja o amigos (25%) o el precio (20%). En España, según datos de la Encuesta Nacional de Salud de 2011-2012, el número de fumadores mayores de 15 años ha descendido al 24,0%, desde el 26,4% del año 2006. Es la cifra más baja en 25 años, algo que celebrar este Día Mundial Sin Tabaco. Entre los que siguen fumando, el consumo en los hombres sigue siendo mayor (27,9%) con respecto a las mujeres (20,2%). Entre los jóvenes de 15 a 24 años, fuman casi por igual hombres (22,5%) y mujeres (21,0%).
 
El hábito de fumar se encuentra relacionado con la presencia de al menos 20 tipos de cáncer distintos, incluyendo cáncer de pulmón, de boca, nariz y garganta, de laringe, páncreas, hígado, riñones, vejiga, colon y recto y de cuello uterino. Por lo tanto, en las últimas décadas se ha realizado un particular énfasis en la prevención primaria evitando que se empiece a fumar, como la secundaria buscando alternativas para disminuir el consumo de tabaco.
Dentro de las estrategias para disminuir su consumo se desarrolló el cigarrillo electrónico.  Estos son dispositivos que mediante una batería y una resistencia producen la vaporización de agua que puede contener o no nicotina entre otras sustancias y de esta forma quita la necesidad física y saciar la necesidad psicológica de fumar. Se los puede encontrar de distintas formas y tamaño (pudiendo ser iguales a un cigarrillo, pipa, o ninguna de estas y tener una forma totalmente distinta).
Sin embargo por más novedoso que parece el invento la real utilidad de este dispositivo tiene sus puntos positivos tanto como negativos. La OMS (la Organización Mundial de la Salud) refiere que este producto carece de ensayos que demuestren con certeza su beneficio, por lo que no la recomiendan como una terapéutica apropiada para disminuir el hábito del tabaquismo. Otras instituciones como la FDA (Food and Drug Administration) de Estados Unidos o al Sociedad Española de Neumonología y Cirugía de Tórax hacen referencia que al utilizar este método se sigue incorporando al organismo Nicotina, Nitrosaminas y otras sustancias que continúan trayendo problemas cardiovasculares, enfermedades pulmonares y junto a estas también la posibilidad de contraer cáncer.
El Dr Santiago Viteri, del Instituto Oncológico Dr Rosell señala que “También se cree que los cigarrillos electrónicos pueden ser una puerta de entrada para los no fumadores, quienes al comenzar a utilizarlo por pensar que no es nocivo pueden terminar consumiendo el cigarrillo de forma habitual. Tampoco está del todo claro si el vapor que se emana del uso de estos cigarrillo es perjudicial para las personas que se encuentran a su alrededor (fumador pasivo), y esto acarrea el problema de que su  uso está permitido en los ambientes cerrados y sin ventilación”.
Por otro lado, el uso del cigarrillo electrónico ha demostrado que los niveles de los tóxicos antes mencionados es extremadamente menor que el producido por el consumo del tabaco. Lo que puede ser un buen método para las personas que se encuentran en tratamiento para dejar de fumar, y requieren de un aporte mínimo de Nicotina para evitar los síntomas de suspensión de esta sustancia. Si al cigarrillo se lo utiliza solo con vapor se cree que su uso es completamente inocuo lo que permitiría quitarles la ansiedad a las personas sin producirle ningún tipo de daño físico. *Eurobarómetro sobre consumo de tabaco 2012

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